Resumen año 2018

Mirando las fotografías del año 2018, podríamos decir que ha sido un año Gausiano, es decir, que empezó muy normalito, en el centro tuvimos la gran aventura, y el final fue apoteósicamente desastroso.

Enero de 2018.

Sin ninguna calzoncillada de por medio, iniciamos el año justo después de reyes con un vuelo normalito pero muy bonito. Había nevado el día de reyes como regalo por haber sido buenos, pero no lo suficiente como para volver todo el paisaje blanco, que lo vuelve monótono. La verdad es que fue un día agradable, disfrutando, para empezar bien el año.

febrero de 2018.

Casi dos meses después y sin volar, a finales de febrero me doy en solitario otro vuelo por aquello de mover el aceite del autogiro. Un vuelo por los montes de Soria con unas vistas impresionantes, que al profano podrían resultarles maravillosas pero a mí, gracias adiós, me resultan habituales.

Abril de 2018.

A primeros de abril amanece un día espléndido, mi hija está dispuesta a llevarme en el autogiro, el Moncayo está espectacular de nieve, y llevo un mes parado, así que no ir a hacer una visita al Moncayo sería pecado. Es una montaña pelada, monótona, en principio sin nada interesante, desde la lejanía parece pequeña, pero cuando estás al lado te das cuenta del su majestuosidad y grandeza.

Mayo de 2018.

A finales de mayo quedo con Rafa para darnos un paseo que no habíamos volado juntos en todo el año. Coincidimos con Dani y José Luis que iban a darse un vuelo juntos, padre e hijo, lo que me hace mucha ilusión. Yo llevo a un amigo de Rafa, fotógrafo, y nos damos un paseo provincial muy agradable en compañía de otros autogiros. ¡Que aburrido es volar solo!

Junio de 2018.

Y finales de junio, fiestas de San Juan, tiempo de giroaventura. José Manuel se acaba de comprar su nuevo 24 de segunda mano y quería hacerle una revisión profunda en Italia y una adaptación equipándolo y renovando la instrumentación hasta dejarlo “más bonito que un San Luis”. En principio yo tenía pensado irme con Juan y Juanqui hasta Croacia, aunque ellos no sabían que yo quería ir. Se anuló su viaje así que, a pesar de que no habían contado conmigo para ir, yo si conté con Juanqui para que no se quedara tirado.

Así que junté todo y organice un viaje hasta Roma. Yo tendría mi primer viaje de verdad en el M22, Jose Manuel tendría una semana el autogiro en fábrica para alicatarlo hasta el techo y Juanqui tendría su viaje estival. En su honor, organicé un día en Roma en Vespa. Así que haciendo alusión a las grandes gestas romanas, la llamé “La Vespiada”

No pongo muchas fotos porque lo tenéis en la sección de viajes de este blog. Ver —->

Julio de 2018.

El 21 de Julio se celebra en el pantano la Romería en honor a los ahogados. Yo tengo varios conocidos y un amigo al que iba a visitar cuando acampaba a la orilla del pantano con mi viejo coyote. No podía por menos que estar allí aunque fuera un momento, así que me hermané con los de los barcos e hice acto de presencia cuando llegaban a la torre de la Iglesia. Muy emotivo.

Una semana después me fui con Rafa a Santo Tomé del puerto, que había una concentración de veleros antiguos. Es curioso ver como miran los curiosos a los autogiros. ¡Como bichos raros!.

Ir y volver en la mañana. Un paseo en compañía y con calorcito. Bien. Hemos pasado ratos peores. La verdad es que Rafa es un compañero estupendo de vuelos, además de buen amigo.

Agosto de 2018.

Agosto. Todo el mundo de vacaciones. Me dice mi mujer que qué hacemos, si no nos vamos el fin de semana a Castellón con el autogiro. ¡Mi mujer quiere ir con el autogiro!. No puedo desaprovechar la ocasión. Castellón a tope, imposible ir. Así que, si de castillos se trata, le propongo una ruta Castellana. Ir a Herrera de Pisuerga, San Torcuato en Rioja y vuelta a casa.

Resulta que en Herrera son las fiestas del cangrejo. No fue difícil convencerla. Nos fuimos a dormir a Herrera donde nos recibieron como solo ellos saben, a comer a San Torcuato con el amigo Javi y por la tarde a casa. Un fin de semana con mis dos amores.

A finales de agosto mi hija me repudia. Por las buenas relaciones con un piloto de incendios y con el permiso de su compañía, le da un vuelo en el helicóptero. Algún fallo tenía que tener mi hija. Prefiere los helicópteros al autogiro.

Septiembre de 2018.

Mediados de septiembre. Juanqui plantea hacer la «girovuelta al cole» a Castellón. Me parece estupendo pero yo me negué a organizar nada, salvo avisar que en septiembre no se podía plantear una ruta a Castellón sin una alternativa, por aquello de la gota fría. Pero Juanqui se empeño supongo yo que para que pudiera participar Juan de Ibiza que no había podido hacer su ruta a Croacia ni la mía a Italia. La climatología se encargó de anularlo. Así que organizo una pequeña ruta hasta Santa Cilia de Jaca. Íbamos a comer allí pero 70 moteros con sus calderos y sus chupas de cuero nos lo impidieron, no porque no nos dejaran comer con ellos, sino porque no había sitio. Así que nos fuimos a comer un buen chuletón a Lumbier. Entre unas cosas y otras llevamos tarde, así que nuestro chuletón se redujo a un bocadillo de lomo con pimientos, que no es lo mismo, pero a las 4:30 de la tarde sabe mejor.

Octubre de 2018.

En octubre hago un vuelito con José Manuel en su M24 y su maravilloso espejo omnipresencial panorámico. Entre meterme con el espejo y un maravilloso vuelo entre nubes disfrutando de su compañía y sus chistes, pasamos una mañana muy agradable, digno de mención. Insisto, no hay nada como volar con los amigos.

Y aquí empieza el declive. La mala suerte se me cruza en forma de desequilibrado egocéntrico conflictivo. Te levantas un día tan feliz porque te han llamado para comprar el avión varios posibles compradores y te aparece un personaje que viene a probar el avión. Damos un vuelo, todo le parece correctísimo, se enamora del avión, le facilito la venta todo lo que puedo, me hace firmar un contrato de arras que yo no quería porque no lo consideraba necesario, y después de 15 días, el desequilibrado, orientado por los consejos malintencionados de alguno que no admite que sea mejor que ellos compitiendo o que les pueda quitar su derecho consolidado a acudir representando a España porque sí, decide amenazarme directamente en lugar de hablar conmigo, lo que me genera la pérdida de la venta, la pérdida de otras posibles ventas, y un estrés que no había buscado, todo ello por culpa de un desequilibrado cuyo modus operandi es ir amenazando a todo bicho viviente.

En fin, el amigo Fran había organizado una ruta desde su campo cerca de Salvaterra de Zalduondo hasta la costa. Pero otra vez la climatología nos limitó el vuelo, aunque no por ello fue menos espectacular. Las nubes bajas y la niebla puso a prueba toda nuestra habilidad y experiencia para poder llegar hasta el campo. Allí almorzamos y nos fuimos a comer a San Torcuato. Habíamos pasado de un fin de semana completo por la costa a una mañana larga en un vuelo casi local, aunque las dificultades del vuelo y ver la cara de Pablo que no había salido nunca, compensaron las maravillosas experiencias que nos habíamos perdido.

Noviembre de 2018.

A mediados de noviembre nos vamos Rafa y yo hasta Torremocha donde organizaban un campeonato de aterrizajes cortos. En el apartado de eventos de este blog podéis acceder al relato. Ver —->

Solo comentar que a la vuelta de este último vuelo, se me reventó el ojo y tuve un desprendimiento de retina que me ha tenido parado durante más de cuatro meses, yo creo que provocado por el estrés de tener que lidiar con personas que te complican la vida. No deseo que les pase lo mismo a ellos aunque se lo merezcan. Yo sé que por cada impresentable de estos, hay mil personas que merece la pena conocer. Así es la vida y de todo se aprende.